Minería chilena ante los ojos del mundo

Guillermo Tagle

Todos los años en abril, los principales actores de la industria minera mundial, se reúnen en Chile, en uno de los eventos más importantes y destacados de esta industria en el mundo. Una tradición que inició Cesco hace más de diez años y que ha crecido cada año en relevancia e interés. Una demostración del atractivo que ha generado este evento en el tiempo, ha sido la realización de actividades como la Conferencia del principal centro de investigación del cobre (CRU) y este año, el análisis sobre la sustentabilidad de la industria organizado por el World Economic Forum.

Mientras nuestros vecinos en Argentina se debaten por establecer un modelo económico que todavía cree poder resolver las necesidades de una Nación, interviniendo los mercados y nacionalizando una de sus principales empresas de energía, Chile convoca a inversionistas, geólogos, analistas, y gestores de la actividad minera de todo el mundo, para provocar un diálogo y conversación sobre las perspectivas futuras, nuevas tendencias, cómo desarrollar la actividad de manera sustentable, cómo resolver las necesidades energéticas y cómo, a través de la minería, mantener el crecimiento armónico y sostenido en todo el planeta.

El crecimiento económico que el mundo emergente ha logrado sostener, a pesar de la inestabilidad y las turbulencias de los países desarrollados, ha mantenido la fortaleza en la demanda de recursos naturales, asegurando buenas perspectivas de precio para el futuro.

En Chile, el sector minero será uno de los mayores generadores de inversión. El Estado está haciendo su parte, a través de la creación del Programa de Fondos de Inversión Fenix, que busca promover la exploración y desarrollo de nuevos proyectos. Esta iniciativa, que está dando sus primeros pasos, podría ser uno de los primeros acercamientos formales entre el mercado de capitales y el sector minero. Recursos financieros para apoyar el crecimiento del sector, son abundantes, el desafío relevante es lograr crear las estructuras adecuadas, alinear los incentivos, generar experiencia, educar analistas, lograr un balance adecuado de riesgo y retorno.

Por otra parte, el mayor desafío, la gran dificultad que enfrenta Chile para lograr mantener el ritmo de inversión, crecimiento y aporte de esta actividad al desarrollo, radica en resolver los aspectos logísticos y ambientales, que puedan proveer energía y recursos hídricos suficientes, como para -sosteniendo un adecuado equilibrio ecológico- poder desarrollar todas las iniciativas que hoy están en proceso.

Crear nuevas fuentes de energía, con un costo razonable y con un impacto limitado para el medio ambiente, es el mayor desafío en el que se necesita avanzar. Las dificultades que Chile podría enfrentar, si no resuelve los dilemas que han limitado el avance de nuevas inversiones en generación de energía, pueden no ser muy diferentes a las que llevaron a Argentina, a una situación crítica como la que motivó la intervención de YPF. Falta de inversión, escasez de recursos para desarrollar nuevos proyectos, falta de incentivos y poca claridad en las reglas del juego, han sido la razón por la cual no se ha invertido suficiente en Argentina. 
En el caso de Chile, donde obviamente vamos en un carro muy diferente al que ha elegido Argentina, también enfrentamos dificultades regulatorias, nebulosas políticas, falta de resolución y demasiado debate respecto del cómo, al punto que se rigidiza el hacer en materia energética. Tenemos sobreabundancia de fuentes limpias de energía, con recursos hídricos en el sur y la zona con mayor irradiación de luz solar del planeta, en las sequedades del Norte. Con costos que tendrán que decrecer para generar con luz solar en el norte y con resoluciones que se deberán tomar, para generar energía con la fuerza del agua del sur, Chile podrá desarrollar todas las fuentes de recursos mineros que esta semana trajeron a Santiago a cientos de actores del sector, para reunirse a pensar y a proyectar el futuro en la Semana de Cesco 2012. Pero si no resolvemos pronto los debates que polarizan y dividen posturas en materia de energía, los sueños del desarrollo para las futuras generaciones de nuestra Patria, se podrían desvanecer.